sábado, 16 de julio de 2011

POEMA

EL SILENCIO TE DIRÁ LO QUE YO NO CONSIGO

No hay palabras para lo que intento explicarte,

deja que el silencio lleve la verdad a tu corazón

y haga brillar la inocencia en tus ojos.

Debes saber cuál es tu verdadero nombre,

el nombre oculto tras las cosas que te llaman.

El tiempo apremia y no puedes descuidarte:

tu identidad se aleja con el viento.

Tal vez caminas tenso todo el día,

abrumado por el esfuerzo y las hostilidades.

Tal vez soportas un continuo invierno frío

sin que nadie atienda tus demandas.

Pero tú sabes y las cosas saben

que dentro de ti el mundo es otro.

Nada tienes salvo tu propia vida

y un sueño que no puedes dar por muerto.

Mira siempre más lejos,

ve más allá con una sonrisa,

confía y volverás a nacer de nuevo

sin rencor y sin mentiras.

No hay palabras para lo que intento explicarte.

¡Ojala el silencio lleve la verdad a tu corazón

Y haga brillar de nuevo la inocencia en tus ojos!

ORACION

YO SOY
UN HIJO DEL SOL
YO SOY
UN HIJO DE LA LUZ
YO SOY
UNA SEMILLA DE PAZ
SEMBRADA EN TIERRA ABONADA
YO SOY
UN CORAZÓN DE FUEGO
VIVA LLAMA
YO SOY
COMPRENSIÓN Y CONSUELO
YO SOY
MAGNO ESPLENDOR
EN EL CAMINO DE LA EVOLUCIÓN

MARIA, UNA MUJER


MARIA, UNA MUJER

A mi madre

Un pequeño pueblo la vio nacer,

eran rosas su boca, nardos sus pies.

Como todos los niños lloró al despertar,

pero aquel llanto suyo anunció algo más.

Su niñez fue dura, de amargos sabores,

la rodeó el hambre, la miseria, los temores.

Siempre esperando lo que nadie la dio:

una palabra amable, caricias, algo de amor.

¡Miedo y trabajo, costillas de alambre,

un largo palo para espaldas grandes!

¡Espíritu fuerte, alma con sed,

creció María y se hizo mujer!

Un joven moreno la comenzó a rondar

y a ella le parecía que no estaba mal.

Una tarde la dijo: “Vente conmigo

y hagamos juntos nuestro nido”.

Y ella pensó, cansada del hastío,

que sería más libre si tenía marío.

Los sueños que escondía en su seno,

en manos de aquel hombre se deshicieron.

¡Malo vino, pensamiento malo,

alma de esparto, corazón de palo!

¡Ay María, ay María, cuanto dolor,

parece que no llega para ti el amor!

Subiendo la cuesta se para y murmura:

“¿Por qué Dios mío, esta vida tan dura?”.

Y cada año su vientre hinchado

sin mediar nunca un abrazo apasionado.

Y cada mañana el mismo sendero,

sin más esperanza ni mayor consuelo.

Está sola María, mirándose al espejo,

está sola María, con su llanto viejo.

Tu paso no admite demora,

debes tomar la decisión ahora.

Espíritu fuerte, alma con sed,

sal al mundo y enfréntate a él.

Despliega tus alas como paloma que vuela,

que ya la vida te quiere de otra manera.

Olvida para siempre este veneno,

tienes al frente un horizonte nuevo.

Y si parece largo el camino todavía,

se te hará ligero con nuestra compañía.

¡Juntos daremos paso a la mañana

y tendrás amor María, porque tus hijos te aman!